Los ácidos húmicos son uno de los primeros bioestimulantes especiales utilizados en los cultivos para optimizar sus rendimientos. Con el tiempo y según ha ido avanzando la cultura de la fertilización, este agronutriente especial ha consolidado su eficacia hasta tal punto que, actualmente es utilizado en todo el mundo y en todo tipo de cultivos.
JISA cuenta entre sus especialidades con una completa gama de bioestimulantes con ácidos húmicos bajo marcas de prestigio internacional. De hecho, cuenta con el número de Registro REACH 01-2119484861-29-0003 de los ácidos húmicos.
Recientemente, el departamento de comunicación de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes), ha realizado una entrevista a D. Gregorio Murillo, para informar en profundidad sobre esta materia prima en el mundo de la fertilización. La cual reproducimos a continuación.
Entrevista de AEFA a D. Gregorio Murillo Aznar sobre los ácidos húmicos
D. Gregorio Murillo Aznar es Ingeniero Técnico Agrícola. Se integra en octubre de 1992 en la compañía JISA, formando parte del desarrollo de toda la red de distribución de la empresa en España. Desde abril de 2006 desempeña el cargo de Director-Gerente.
Dedicada desde hace más de 30 años a la fabricación y comercialización de agronutrientes, bioestimulantes y más recientemente también de microorganismos. Actualmente, sus productos son comercializados tanto en el mercado nacional como internacional con presencia en todos los continentes.
Destacar que JISA es socio fundadora de AEFA y D. Gregorio Murillo siempre han participado de forma activa en la asociación.
¿Cuál es la procedencia de los ácidos húmicos?
Los ácidos húmicos, tal y como los entendemos en la agricultura, engloban los ácidos húmicos y ácidos fúlvicos. La procedencia puede ser diversa como por ejemplo la turba, restos vegetales,… pero la mayor parte de los ácidos húmicos del mercado se obtienen de la Leonardita, que por sus características son considerados los de mejor calidad y mayores propiedades agronómicas.
¿Qué es la Leonardita?
La Leonardita es una sustancia vegetal humificada, muy rica en materia orgánica, en un estado intermedio de transformación entre la turba y el lignito. Tiene su origen en el enterramiento de materiales vegetales desde hace millones de años y suele encontrarse en las capas superiores de las minas a cielo abierto de lignito (carbón).
¿Qué son realmente los ácidos húmicos?
Los ácidos húmicos están presentes en los suelos y son la parte más activa de la materia orgánica del mismo. Son una mezcla de moléculas orgánicas complejas que se forman por descomposición y oxidación de la materia orgánica. Por tanto, la humificación es un proceso progresivo que lleva a la formación de ácidos húmicos.
Como ya hemos comentado anteriormente, cuando hablamos de ácidos húmicos incluimos en este concepto también a los ácidos fúlvicos. La diferencia entre unos y otros es su distinto comportamiento en medio básico y ácido. Tanto los ácidos húmicos como los fúlvicos son solubles en medio básico y por ello, se emplea para extraerlos en forma líquida, un extractante alcalino, generalmente hidróxido potásico.
Al ponerlos en medio ácido, los húmicos precipitan por ser insolubles en este medio, mientras que los fúlvicos, se mantienen en fase líquida al ser solubles en medio ácido.
Este diferente comportamiento en medio ácido es en lo que se basa el método oficial de análisis para separar y cuantificar los ácidos húmicos y fúlvicos de un producto.
Además de esta diferencia los ácidos húmicos y fúlvicos tienen otras diferencias químicas y de comportamiento. Los ácidos húmicos tienen mayor peso molecular que los fúlvicos, mayor capacidad de intercambio catiónico y mayor capacidad de retención de agua. Los ácidos húmicos tienen una acción más lenta y duradera sobre la estructura del suelo y sobre la planta, mientras que los ácidos fúlvicos tienen una acción más rápida sobre la planta, pero menos persistente.
¿Cuál es el proceso de su fabricación?
Los ácidos húmicos se obtienen por extracción en una solución alcalina de hidróxido potásico. Se pueden extraer también con hidróxido sódico, pero mientras el aporte de sodio saliniza los suelos, el potasio es, junto al nitrógeno y al fósforo, uno de los tres nutrientes primarios imprescindibles para el desarrollo de los vegetales.
¿Qué beneficios tienen los ácidos húmicos en los suelos?
Los ácidos húmicos influyen positivamente en la fertilidad de un suelo favoreciendo la actividad microbiana y realizando diversas acciones en función del tipo de suelo donde los apliquemos.
Destacar que esta acción sobre los microorganismos también actúa como un regenerador de suelos muy eficiente.
Si hablamos de terrenos arcillosos, ayudan a mejorar la estructura del suelo, consiguiendo mejorar la permeabilidad del terreno y aumentar la aireación a nivel radicular de la planta.
En los suelos arenosos, que suelen tener bajos niveles de materia, ayudan a incrementar el intercambio catiónico de los macro y micronutrientes, mejoran la capacidad de retención de agua y por lo tanto se evita una pérdida de nutrientes por lixiviación.
De forma general, la aplicación de ácidos húmicos y fúlvicos en el suelo, contribuyen al desbloqueo de los nutrientes y actúan como agentes complejantes naturales, facilitando la asimilación de los mismos en la planta.
¿Y en las plantas?
Entre los efectos beneficiosos que provocan sobre la planta podemos observar: un incremento radicular, por tanto, una mayor absorción de elementos nutritivos; un mayor desarrollo vegetativo; favorecen los procesos fisiológicos y contribuyen a un mayor rendimiento del cultivo.
¿Existe una reglamentación para estos productos?
Estos productos están recogidos en la legislación española de abonos nacionales. Están contemplados como Productos Especiales dentro del grupo 4: Otros abonos y productos especiales.
Según dicha legislación, existen dos tipos de productos a base de ácidos húmicos. En primer lugar, los obtenidos por tratamiento de turba, leonardita o lignito con hidróxido potásico y un segundo tipo, que son los productos a base de ácidos húmicos obtenidos por tratamiento o procesado de alguna de las enmiendas orgánicas, de los grupos 6.01a, 6.01b o 6.01c. La legislación exige que tengan como contenido mínimo un extracto húmico total (ácidos húmicos + ácidos fúlvicos) del 15% y un contenido mínimo de ácidos húmicos del 7%.
Además de los tres valores de extracto húmico total, ácidos húmicos y ácidos fúlvicos, la legislación requiere también, indicar en la etiqueta los valores de nitrógeno total y potasio (como K2O soluble en agua) si superan el 1%.
¿Están sujetos al registro REACH?
En el foro que se creó tras el pre-registro de los ácidos húmicos como humato potásico, se discutió ampliamente si era necesario registrarlo o no.
Una parte de fabricantes pensaba que no era necesario el registro REACH acogiéndose a la exención de productos derivados de polímeros naturales, mientras que otros fabricantes pensaban que sí había que registrarlo porque, aunque la leonardita, el lignito o la turba son productos naturales, los ácidos húmicos son humato potásico y por tanto una sustancia nueva.
Al final se decidió que había que registrar el producto en REACH como humato potásico (humic acids, potassium salts) con Nº CE: 271-030-1; Nº CAS: 68514-28-3 y Nº REACH 01-2119484861-29). JISA fue una las primeras empresas españolas en conseguir el registro REACH de ácidos húmicos.
¿Se puede utilizar los ácidos húmicos como insumo para la agricultura ecológica?
Los ácidos húmicos y fúlvicos se incorporaron a la reglamentación europea (Reglamento de Ejecución 2019/2164 de 17 de diciembre de 2019) como insumo permitido para agricultura ecológica, están incluidos en el Anexo I del Reglamento (CE) 889/2008 actualmente vigente, al igual que la Leonardita, materia prima de donde proceden gran parte de los ácidos húmicos del mercado.
¿Cómo llegan los ácidos húmicos al agricultor?
Tradicionalmente estos productos se han comercializado y se siguen comercializando en forma líquida en los distintos formatos, desde la botella de 1 litro pasando por distintos envases de 5, 20 y 1.000 litros, hasta llegar a cisternas de 24 toneladas para ser aplicados en las grandes fincas.
Desde hace unos años también se han comenzado a comercializar en forma sólida. Para ello, una vez hecha la extracción en solución de hidróxido potásico, hay que secar el producto para confeccionarlo. Normalmente se comercializa entonces en bolsas de 1 y 5 kilos.
¿En qué tipos de cultivos se pueden aplicar los ácidos húmicos?
Los ácidos húmicos se pueden aplicar a todo tipo de cultivos. Como ya hemos comentado, influyen en una mejora de las condiciones del suelo y esto siempre va muy bien a los cultivos. Su utilización vendrá marcada al final por la rentabilidad del cultivo. No es lo mismo una agricultura como puede ser la horticultura intensiva bajo invernaderos o al aire libre como una agricultura extensiva. El empleo de ácidos húmicos siempre es positivo pero su modo de empleo dependerá en gran medida del cultivo en cuestión.
La mayor demanda de ácidos húmicos se produce en los cultivos hortícolas, en fresa y berries, así como en cítricos, frutales de hueso y pepita, en cultivos tropicales como el aguacate, la platanera, etc., también en vid y uva de mesa.
¿Cuál es su modo de aplicación?
Los ácidos húmicos son aplicados directamente al suelo mediante los distintos sistemas de riego. Generalmente su aplicación es por riego gota a gota y por aspersión, son los dos sistemas por los cuales mejor se distribuye el producto sobre el terreno. No es frecuente su aplicación en tratamientos foliares, pero en algunas zonas los técnicos también la recomiendan.
¿Nos puede aportar cifras sobre el volumen de negocio de los productos a base de ácidos húmicos?
Las cifras que yo conozco son las que tenemos en nuestra asociación (AEFA). Según nuestros datos, las empresas asociadas comercializamos unos 10 millones de litros de ácidos húmicos líquidos al año.
El mercado de los ácidos húmicos se extiende por todos los continentes y están presentes en casi todos los mercados agrícolas del planeta. Principalmente por su comprobada eficacia en la mejora de las propiedades de los diferentes suelos agrícolas y en las condiciones de distintos cultivos.