En la nutrición vegetal se establecen tres grupos de elementos minerales utilizados en fertilización: Macronutrientes, elementos secundarios y microelementos, también denominados oligoelementos.
En esta ocasión nos vamos a centrar en el primero, los macronutrientes, reservando los elementos secundarios y oligoelementos para otros artículos.
El grupo de macronutrientes para nutrición vegetal.
El grupo de macronutrientes para las plantas está centrado en tres elementos minerales que la planta las necesita para su desarrollo en grandes cantidades. Estos son el nitrógeno, fósforo y el potasio, siendo representados mediante sus símbolos químicos N-P-K.
En las etiquetas de los envases de fertilizante son los tres primeros elementos que se referencian y suelen hacerse mediante su riqueza en el conjunto del fertilizante. Por ejemplo, y dentro de los formulados de fertilización mineral JISA, un Jisafol® 25-5-15, CristalJisa® 13-40-13 o Jisafol® 11-6-36 indican la riqueza en la que se encuentran cada uno de estos nutrientes en cada caso.
Nitrógeno, fósforo y potasio.
El nitrógeno (N) favorece el crecimiento vegetativo y contribuye al color verde de las plantas. Se puede afirmar que es como el motor del crecimiento de la planta y es absorbido del suelo por sus raíces bajo forma de nitrato (NO3–) o de amonio (NH4+).
En la planta, el nitrógeno se combina con componentes producidos por el metabolismo de carbohidratos para formar aminoácidos y proteínas. Constituyente esencial de las proteínas, está involucrado en todos los procesos principales de desarrollo de las plantas y en la elaboración del rendimiento. Destacar que un buen suministro de nitrógeno para la planta es importante también por la absorción de los otros nutrientes.
El fósforo (P) contribuye activamente en el desarrollo del sistema radicular e interviene en numerosos procesos bioquímicos a nivel celular. Su estado químico de absorción por el sistema radicular es en ion fosfato (H₂PO₄⁻ y HPO₄²⁻).
Es un elemento vital para la transferencia de energía (ATP), la fotosíntesis, la respiración, y el crecimiento de las raíces y flores, así como su intervención en la formación del ADN y ARN.
El potasio (K) juega un papel importante en la activación enzimática, fotosíntesis, en la síntesis de proteínas y carbohidratos, en el balance de agua a nivel celular. Su estado químico de absorción radicular es mediante el ion potasio (K⁺) y favorece el crecimiento vegetativo, fructificación, maduración y calidad de los frutos.
Destacar que participa en regular la apertura y cierre de los estomas, por lo que influye en la turgencia celular, ayuda en la resistencia a enfermedades y a la tolerancia al estrés hídrico.
Como hemos avanzado, el nitrógeno, fósforo y potasio son los elementos que la planta necesita en mayor cantidad y, por lo tanto, hay que reponer sus cantidades en el suelo cuando estas bajan por debajo de los niveles necesarios para su correcto desarrollo. Recordemos la Ley del Mínimo, también llamada Ley de Liebig, por el químico alemán que la desarrolló (Justus von Liebig), que afirmó que el nivel más bajo de un elemento es quien limita su correcto crecimiento.