El cultivo del almendro (Prunus dulcis) es originario de Asia central, pero lleva en España desde hace más de 2000 años. Este árbol caducifolio ha formado parte de los lugares más diversos en toda la franja mediterránea, debido a su capacidad de adaptación a suelos pobres y a condiciones extremas de temperatura y sequía; aunque está claro que se obtiene un rendimiento mucho mayor cuando las condiciones medioambientales y del suelo mejoran.
La elección de variedades siempre vendrá dada por el rendimiento y su valor de mercado. Se recomienda seleccionar dos o tres variedades por su valor agronómico, comercial, la compatibilidad de floración y su adaptación a la zona de cultivo.
Variedades de almendro.
Entre las variedades tradicionales que se cultivan en España encontramos, Marcona, Desmayo Largueta que tienen como polinizadoras: Ramillete, Atocha y Peraleja. En zonas de interior más frías con riesgo de heladas encontramos otras variedades como Ferragnes, Ferraduel, Francolí, etc.
En la actualidad existe una selección de variedades de floración tardía, fáciles de podar, por no tener muchas ramas, con fruto de cáscara dura o semidura y algunas además son autocompatibles.
Entre las variedades autofértiles, que pueden ser fecundadas por su propio polen, o por el polen de otras flores de la misma variedad, destacan: Guara, Antoñeta, Marta, Cambra y Blanquerna.
En los últimos años, el sector del almendro en España está obteniendo una buena rentabilidad. En primer lugar, se debe a los buenos precios de venta, y a esto se une la reconversión de cultivos poco rentables que se está llevando a cabo; por lo que se está produciendo un crecimiento del cultivo de almendro en zonas donde no era considerado un cultivo tradicional. La mayor parte de nuevas plantaciones se están realizando en regadío, dónde se consigue un nivel de producción más que aceptable que contribuye a la buena rentabilidad del cultivo. Por lo tanto, es necesario mejorar las técnicas del cultivo tradicionales y adaptarlas a las nuevas plantaciones de riego de alta productividad. En este sentido, la mejora en la nutrición vegetal puede ayudar a acercarnos al potencial de producción máximo de las nuevas alternativas al cultivo tradicional.
En el almendro, es muy importante una fertilización adaptada a las necesidades del cultivo según la edad, las condiciones físico-químicas del suelo y la zona de cultivo.
Programa de abonado del almendro.
JISA recomienda llevar a cabo una correcta gestión agronómica del cultivo. Para ello, es necesario conocer los principales parámetros físico-químicos del suelo de la plantación y las necesidades fertilizantes de nuestro cultivo. Es importante realizar un seguimiento para comprobar la correcta nutrición a lo largo del ciclo con análisis de hoja en el mes de julio, con el fin de actuar sobre cualquier posible deficiencia que no se esté manifestando todavía.
El cultivo del almendro ha sido tradicionalmente un cultivo rústico de secano, propio de zonas con suelos pobres y con mala orografía. Los rendimientos de las parcelas tradicionales han sido siempre muy bajos, debido a la escasa fertilización que se realiza, simplemente un aporte de enmiendas orgánicas y un trabajo de laboreo,y sólo en las zonas en las que se puede realizar.
Las nuevas parcelas de almendro actualmente tienen un marco de plantación menor y están provistas de instalación de riego por goteo. En cultivo superintensivo podemos encontrar, hasta cinco veces más árboles de que los que hay en una parcela tradicional, por lo que las necesidades de fertilización van a ser mucho mayores.
El abonado del almendro puede realizarse vía suelo, aportando abonados de fondo, y con la ayuda de fertirrigación, tanto en el aporte de unidades fertilizantes requeridas, como en el aporte de productos de rápida asimilación, generalmente de acción específica, que contribuyen al aumento de materia orgánica y a la prevención o corrección de estados carenciales del cultivo. Se recomienda complementar la fertilización de suelo con la aplicación foliar de productos que aporten elementos esenciales y microelementos, también con productos a base de bioestimulantes que mejoran las prestaciones del cultivo.
Mejora y fertilización del suelo en el cultivo del almendro.
Para JISA el cuidado del suelo es fundamental si queremos obtener un suelo sano y que nos permita obtener buenos rendimientos año tras año.
El suelo es el almacén de los nutrientes que están a disposición del árbol. Humilig 25 plus® aumenta la capacidad de nuestro suelo de retener los elementos necesarios para ponerlos a disposición del cultivo según sus necesidades. Su empleo aumenta el contenido de materia orgánica humificada, mejorando las condiciones físico-químicas y biológicas del suelo.
Un buen mantenimiento del suelo, en primer lugar, previene de una disminución en el contenido de materia orgánica, así como, de una posible pérdida de los diferentes elementos nutricionales que estamos aplicando. Esta pérdida puede producirse bien porque los elementos forman compuestos que precipitan y se hacen insolubles, o bien sea, porque puedan lavarse por lixiviación.
La microbiología del suelo es un tema de actualidad en la agricultura de nuestros días. JISA dispone de productos biofertilizantes a base de microorganismos beneficiosos, que pueden influir positivamente en la composición de la microbiota del suelo con el objetivo de tener un cultivo sano y productivo.
JISA, ha sido una empresa precursora en la formulación de productos prebióticos como Molex® y Furdos®, que ayudan a mantener nuestro suelo vivo y fértil.
Abonos foliares y correctores de carencia en almendros.
JISA dispone de productos dentro de la familia de Nutrición Vegetal con los que satisfacer los requerimientos nutricionales del cultivo del almendro.
Los abonos foliares NPK de la gama Jisafol® y los correctores de carencia de las gamas Nutrijisa® y Jisaquel® que nos aportan los elementos secundarios y microelementos de gran importancia en la nutrición del almendro, como el Calcio y Magnesio, Zinc, Manganeso, Hierro, Boro tanto para aplicaciones foliares o por vía riego.
Bioestimulantes para mejorar el cuajado de frutos del almendro.
El equipo técnico de JISA ha desarrollado a lo largo de los años, productos que mejoran las prestaciones de los cultivos en las diferentes fases fenológicas. Entre ellos, Cuajemax® es un producto que está diseñado para favorecer la floración y el cuajado de frutos. En el almendro, la fase de cuajado va a determinar en gran medida el resultado de nuestra producción final.
Cuajemax® pone a disposición de la planta los microelementos necesarios para el buen desarrollo de los procesos de división celular y elongación que darán lugar al calibre y la forma del fruto final. La formulación única de Cuajemax® mejora la movilidad de los elementos nutricionales, de forma que la planta puede translocarlos a donde son requeridos, de forma más rápida.
Bioestimulantes agrícolas para el cultivo del almendro.
El cultivo del almendro, como cualquier otro cultivo agrícola, necesita de activadores metabólicos que estimulen y protejan al cultivo frente al estrés hídrico provocado por las condiciones adversas, y que, a su vez, promuevan una mayor absorción de nutrientes. El uso de bioestimulantes tiene como finalidad, aumentar la producción y mejorar la calidad de fruto.
Para ello, JISA dispone de una amplia gama de aminoácidos y productos a base de extractos de algas. Glybet® es un producto bioestimulante que protege al cultivo de almendro en las situaciones de temperatura extrema. Por ejemplo, Glybet® amortigua los efectos de las heladas tardías que se pueden producir con el fruto recién cuajado; así como, su aplicación a lo largo del cultivo aumenta la tolerancia de los árboles a las temperaturas altas, a la falta de agua y a las condiciones de alta salinidad.
El almendro, como otros cultivos de hoja caduca, inician al final del verano una fase de acumulación de reservas de cara a la brotación que se producirá en la siguiente primavera. Mitigar el estrés hídrico que se produce en verano durante la diferenciación floral y favorecer la acumulación de reservas con un correcto plan de abonado es de vital importancia para empezar la siguiente campaña con un árbol en condiciones para una buena producción.
Para esta fase, JISA recomienda, en su estrategia nutricional para el cultivo de almendro, realizar en esta fase, aplicaciones dirigidas al sistema radicular para favorecer la absorción de nutrientes; así como, realizar tratamientos foliares con bioestimulantes y productos de nutrición vegetal que aporten Nitrógeno, Fósforo, Boro, Zinc y Cobre; con el fin de favorecer los diferentes procesos fisiológicos que tendrán lugar en la fase de brotación.
Mejorar la eficacia de los tratamientos fitosanitarios con productos nutricionales.
Para mejorar la eficacia de los tratamientos fitosanitarios, JISA ha desarrollado una gama de Especialidades en la que se puede encontrar productos como Cupronato® y Cupro Activ® que ayudan a prevenir frente a las heridas de poda, a enfermedades y que ayudan a acelerar la caída de hojas en la última fase.
Desde JISA recomendamos siempre el asesoramiento técnico para la programación conjunta de tratamientos fitosanitarios y de los diferentes productos nutricionales, en función de las diferentes fases del cultivo.
La agricultura de los próximos años va encaminada hacia una reducción de las materias activas contra plagas y enfermedades, por lo que toma especial relevancia. En primer lugar, hay que mantener nuestro cultivo con una correcta nutrición para que nuestros árboles sean menos sensibles a las plagas y agentes patógenos; también recomendamos el uso de reguladores de pH y potenciadores de los tratamientos que mejoran la efectividad de la aplicación de fitosanitarios.
Para cualquier duda o consulta técnica sobre el cultivo del almendro, tienen a su disposición el equipo técnico-comercial de JISA que puede ayudarles a obtener unos rendimientos óptimos en su plantación.