El abonado del olivar es una de las técnicas fundamentales y necesarias para obtener una gran producción.
El abonado del olivar tiene como objeto restituir en el suelo los nutrientes que la planta extrae, así como aportar los niveles adecuados y necesarios cuando estos se encuentren de forma insuficiente, asegurando así la correcta agronutrición del olivar.
Un abonado del olivar eficiente no sólo optimizará la productividad de la exportación sino que además será más respetuoso con el medio ambiente. Por ello, nuestros técnicos comerciales ayudan a aquellos clientes que lo desean en la programación nutricional de este cultivo. Un programa sostenible de abonado permitirá una buena producción y a largo plazo, mantener la fertilidad del suelo.
La programación del abonado del olivar debe tener en cuenta factores cómo:
- Tipo de suelo (considerando la capacidad de este para bloquear o absorber los nutrientes).
- Su contenido en elementos fertilizantes.
- Productividad media del olivar.
- Desarrollo vegetativo de los árboles.
- Historial del abonado realizado en años anteriores.
- Estado nutritivo del árbol y los posibles síntomas visuales de deficiencias.
- El en caso de regadíos, el contenido en nutrientes de las aguas empleadas, así como otras posibles eventuales aportaciones.
Entre la amplia familia de fertilizantes de alta calidad fabricados por Jiloca Industrial, S.A. (JISA), se encuentra el especialmente desarrollado para el abonado del olivar: Nutriolivo 17-8-25, abono soluble NPK con micronutrientes.
Nutriolivo 17-8-25, es un abono foliar en forma de sólido soluble, rico en potasio y con un buen contenido en nitrógeno, enriquecido con micronutrientes. Está formulado con elementos nutricionales de gran calidad, con lo que se consigue una alta solubilidad y una perfecta asimilación por la planta.
El abonado del olivar vía foliar es un complemento de los abonados de fondo. La aplicación del Nutriolivo 17-8-25, es apropiada tanto en las fases iniciales de la brotación del olivo, como en las épocas del endurecimiento del hueso, engorde y cambio de color de la aceituna.
Su dosis varía en función del estado nutricional y fase fenológica en la que se encuentra el olivo. Una dosis orientativa en pulverización foliar es de 500 g/hl.