El cultivo del pistacho (Pistacia vera) tiene su origen en Asia Occidental y Asia Menor. Su cultivo ya era conocido por los egipcios, griegos y romanos; se introdujo en Italia desde Siria en el siglo I y a continuación su cultivo fue extendido al resto de los países de la cuenca mediterránea.

La implantación en España es relativamente reciente, siendo en la zona de Lérida donde se introdujo. Fue en la década de 1980 cuando se empezó a plantar en España. Actualmente, son varias las zonas donde existen plantaciones de pistacho: Castilla La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Andalucía y Extremadura. La superficie total ronda las 45.000 ha en nuestro país. Un 60% en secano y 40% en regadío.

Es una planta dioica, necesita de plantas masculinas y femeninas para su reproducción. Por esta razón debe haber una relación de 8-9 plantas femeninas por cada masculina. Aunque es una planta que puede adaptarse a diferentes tipos de suelo, prefiere los suelos franco-arenosos con un buen drenaje y profundidad. El marco de plantación más utilizado es 6x7m.

Pistacheros en cultivo

Variedades de Pistacho.

El uso de distintas variedades vendrá determinado principalmente por la adaptación a la zona donde se localice la parcela de cultivo. El número de horas frío y la posibilidad de heladas en la primavera temprana son dos aspectos a considerar a la hora de decidir. El otro aspecto importante es el valor comercial del fruto, disminución frutos abiertos, % de frutos vacíos, tamaño y precocidad en la producción.

Se distinguen principalmente entre variedades productivas y variedades polinizadoras. Dentro de las productivas podemos encontrar la Aegina, Larnaka, Mateur aunque la principal es la Kerman. De las variedades polinizadoras, la principal es Peters. También encontramos la Egino y Mateur que polinizan a sus variedades femeninas (Aegina y Mateur).

La selección de cada una vendrá determinada por la correcta recepción del polen por las flores femeninas en el tiempo de dicha floración. Mediante una poda adecuada y una nutrición acertada conseguiremos el mayor número de ramas por árbol, consiguiendo 20 o más frutos por racimo. Un buen equilibrio nutricional podrá acercarnos al potencial genético máximo de la variedad escogida.

El cultivo del pistachero se adapta a condiciones medioambientales muy adversas; soporta muy bien tanto el frío como el calor extremo. La acumulación de horas frío supera normalmente las 1.100, así como 3.500 unidades de calor para Kerman y Peters, las variedades de pistacho más usuales.

Abonos para el cultivo del pistachero

Abonado del Pistacho.

JISA recomienda realizar un programa de fertilización a partir de análisis del suelo de las parcelas, para poder realizar una correcta nutrición del cultivo, y corregir, con actuaciones y manejo específico, determinados parámetros que sean mejorables. De igual forma, se aconseja realizar análisis foliares del cultivo, principalmente a finales del mes de julio o principios de agosto, para hacer un seguimiento y anticipar cualquier carencia en algún elemento.

El abonado dependerá si estamos en un cultivo de secano o de regadío. En un cultivo de secano es muy importante el abonado de fondo; en cultivos de regadío podemos aportar en cada momento los elementos nutritivos que necesita la planta en cada fase de cultivo, y productos de rápida asimilación que mejoran la eficiencia del abonado, aumentando la disponibilidad de los elementos nutritivos por la planta. En ambos casos, las aplicaciones foliares de productos nutricionales son el complemento perfecto para una correcta nutrición del pistachero.

En este sentido, JISA recomienda la aplicación de Libamin® Radicular, para fortalecer el sistema radicular desde la fase de brotación, de esta forma se activa y se consigue una buena absorción de nutrientes a lo largo del ciclo.

Los ácidos húmicos son importantes para aumentar la eficiencia de la fertilización que estamos realizando, ya que mejora la disponibilidad de los elementos nutritivos para la planta, lo que nos ayuda a obtener una óptima producción. La aplicación de Humilig® 25 Plus o Humilig® 11-5, mejora la estructura del suelo, amortigua el pH del suelo, favorece también la actividad microbiana que lleva a cabo los procesos de descomposición de la materia orgánica.

Furdos®, es un producto de JISA que se recomienda utilizar a lo largo del ciclo en fertirrigación, mezcla perfectamente con todos los abonos minerales y tiene un efecto activador de los microorganismos del suelo, así como un efecto bioestimulante sobre la planta, tiene efecto osmoprotector por lo que su utilización mejorará la capacidad de tolerar temperaturas extremas y a superar el estrés provocado por la falta de agua. Un cultivo que soporta y supera las situaciones de estrés hídrico incrementa su capacidad de producción.

Frutos de pistacho en producción

JISA recomienda realizar tratamientos foliares para complementar la fertilización del suelo. Para ello, JISA dispone de una gama de productos a base de bioestimulantes y formulaciones específicas para cada fase del cultivo del pistacho, de rápida asimilación.

Jisabiol®, es un producto a base de aminoácidos de alta calidad que fortalece el desarrollo vegetativo de la planta y aumenta su capacidad fotosintética. Nutrijisa® Zn-Mn y Nutrijisa® Boro se pueden aplicar desde la fase de pre-floración y proporcionan los microelementos esenciales para que se puedan realizar los procesos metabólicos que la planta necesita en esta fase, como son la síntesis de hormonas naturales y la germinación del polen. Algadul® es un producto bioestimulante a base de extracto de algas que favorece el cuajado de frutos y que mezcla muy bien con los tratamientos fitosanitarios y otros productos nutricionales.

Durante los meses de más calor es donde se puede producir la caída de yemas florales, si la planta no puede hacer llegar suficientes nutrientes, ya que los destina a asegurarse el llenado de frutos; es por ello que la utilización de un bioestimulante con efecto osmoprotector como Glybet®, con Glicina betaína como bioestimulante agrícola, nos ayudará a obtener los mejores resultados en la campaña presente y en la posterior. Para el llenado de frutos, recomendamos aplicaciones foliares con Jisafol® Fattening que aporta el potasio de rápida asimilación y es compatible con todos los tratamientos fitosanitarios.

En la fase de maduración del fruto, la utilización de Top-k® proporciona un aporte alto de potasio sin incrementar la conductividad eléctrica del riego en fertirrigación, y nos permitirá homogeneizar la fecha de cosecha y amortizar gastos.

Para el control de enfermedades en pistacho como el Verticillium dahliae, siempre es aconsejable la prevención con aplicaciones foliares a base de Cupronato®, un formulado a base de cobre complejado compatible con todos los tratamientos fitosanitarios.

Una vez que la cosecha se ha realizado, hay que preparar una buena floración para el año siguiente, y acabar de formar las yemas florales. Desde JISA, recomendamos realizar tratamientos post-cosecha para asegurarnos que el árbol va a disponer de reservas para nutrir a las nuevas yemas ya diferenciadas en este periodo. Es por eso que aplicaciones foliares a base de Jisamar®, Nutrijisa® Zn-Mn y Nutrijisa® Boro, acaban de formar las yemas florales y aumentan las reservas de estos microelementos y de carbohidratos para utilizar en la próxima primavera.

Para cualquier consulta técnica sobre nuestros fertilizantes para el cultivo de pistacho, pueden realizarla al equipo técnico-comercial de JISA para ayudarles a sacar el máximo rendimiento a su cultivo.

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