El biocontrol, como estrategia para combatir plagas y enfermedades, y los bioestimulantes para reducir el uso de fertilizantes minerales, son los protagonistas principales del nuevo modelo de producción agrícola que nos dirige hacia una agricultura cada vez más saludable y respetuosa con el medioambiente.
Asistimos a un momento de numerosas adquisiciones de empresas con base biotecnológica y de grandes inversiones de capital en investigación e innovación en soluciones de biocontrol, moléculas naturales y microorganismos con acción fitosanitaria. Así como, se ha producido una apuesta definitiva por el desarrollo y expansión del control biológico con fauna auxiliar.
Breve historia del biocontrol.
La aparición de la agricultura hace aproximadamente 12.000 años, en el neolítico, es posiblemente uno de los momentos claves de la evolución del ser humano. Desde entonces la agricultura siempre ha evolucionado a lo largo de la historia para poder dar un equilibrio a los cambios que la sociedad de cada época necesitaba.
El ser humano del neolítico pasó de ser recolector a sembrar y cultivar para después poder planificar la cosecha de sus frutos; lo que permitió a la sociedad de la época dejar de ser nómada y establecer lugares fijos de residencia, transformó el modo de vida y la estrategia para la supervivencia de la sociedad.
En tiempos más recientes a nosotros, fuimos testigos de la evolución que sufrió la agricultura a lo largo del siglo XX. Europa, América del Norte, Rusia y Japón, se vieron envueltos en guerras y crisis económicas que llevaron a situaciones de hambruna.
Avances tecnológicos estratégicos en agricultura.
La aparición del riego por goteo, permitió el desarrollo de la agricultura en zonas con escasez de agua y suelos poco fértiles, pero que al mismo tiempo, contaban con un clima favorable para la mayoría de cultivos; de ahí surge el gran desarrollo de los cultivos bajo abrigo para poder hacer producciones fuera de temporada, con lo que poder abastecer los mercados de las grandes urbes durante todo el año a unos precios razonables, permitiendo superar poco a poco la hambruna que había dejado la segunda guerra mundial y poder mantener el crecimiento exponencial de la población de aquella época, que todavía continua en nuestros días.
Los avances en mejora genética, con la aparición de los híbridos y la introducción de resistencias a enfermedades, favorecieron un incremento de la producción y dieron la seguridad a los agricultores de poder sacar su cosecha adelante con cierta rentabilidad.
Se produjeron otros avances en el desarrollo de nuevas materias activas fitosanitarias y en innovación tecnológica, así como las mejoras en fertilizantes y los sistemas de producción, que permitieron a todos los agentes del sector agrícola atender la demanda y organizar una cadena de valor: en producción, distribución, comercio y consumidor.
En la actualidad, la sociedad de los países desarrollados está cambiando sus prioridades en este primer cuarto de siglo XXI. Una vez que se tiene garantizada la disponibilidad de alimentos y se ha asegurado una calidad de vida para gran parte de la población de los países desarrollados, algo que, nunca se había alcanzado a lo largo de la historia. Hoy en día, la salud humana y el cuidado del medio ambiente, son algunos de los aspectos que nuestra sociedad desea mejorar.
El biocontrol y la sostenibilidad.
La sociedad del futuro que estamos diseñando quiere mejorar nuestra forma de relacionarnos con nuestro entorno natural; está comprometida con el cuidado y la sostenibilidad del medioambiente y exige de una seguridad alimentaria para garantizar nuestra salud con una alimentación sana y saludable.
Las consecuencias del cambio climático que estamos sufriendo, son un punto de inflexión y ha sido un motivo de concienciación para la sociedad de que no podemos seguir actuando de la misma forma con nuestro planeta. En la agricultura, con el objeto de combatir las consecuencias del cambio climático, en los últimos años se han desarrollado productos bioestimulantes que protegen y mitigan el estrés hídrico provocado por las temperaturas extremas y las condiciones adversas de producir con alta salinidad y sequía, obteniendo un aumento de la producción de los cultivos en dichas condiciones.
El biocontrol y la sociedad.
Los gobiernos son los responsables de articular todos los cambios que marca la sociedad de cada época. La sociedad actual tiene un nivel de conocimiento cada vez más alto; en general, es una sociedad más preparada intelectualmente y que se preocupa por una alimentación sana y equilibrada.
Las principales organizaciones mundiales, formadas por los gobiernos de todos los países; han propuesto seguir una agenda para cumplir este plan de cambio de modelo de agricultura. Se está creando un nuevo marco legislativo adaptado a los nuevos tiempos que corren, que ponga en valor la seguridad alimentaria y el cuidado del medioambiente y bienestar animal, siempre desde una economía circular que garantice la sostenibilidad del sistema.
Evitar la contaminación progresiva de nuestros acuíferos y frenar el deterioro de los suelos agrícolas, son otras de las directrices marcadas en las diferentes legislaciones. Para conseguir los objetivos marcados, es fundamental desarrollar estrategias que mejoren las propiedades físicas y bioquímicas del suelo, para favorecer la regeneración de los microorganismos beneficiosos del suelo y así, poder reducir la cantidad de fertilizantes minerales que se aplican en la actualidad, manteniendo un nivel de producción que garantice la rentabilidad del agricultor.
El control de plagas y enfermedades a través del biocontrol.
El futuro de la agricultura va ligado también a la evolución del control de plagas y enfermedades a través del biocontrol y de los nuevos fitosanitarios que se denominan de bajo riesgo.
El uso excesivo de fitosanitarios químicos puede causar desequilibrios ecológicos y sus residuos pueden contaminar y perdurar en agua y suelos, por lo que fácilmente pueden llegar a nuestra cadena alimentaria.
Mantener los niveles de producción de una forma sostenible y respetuosa con el medioambiente es un reto para nuestra agricultura.
Empresas fabricantes de productos de biocontrol.
La Asociación Internacional de Fabricantes de Biocontrol (IBMA) define el biocontrol en la agricultura como el “Control de plagas y enfermedades para la protección de plantas basado en organismos vivos y compuestos de origen natural”.
Los compuestos de origen natural pueden tener su origen en la naturaleza o pueden sintetizarse si son idénticos a los que se encuentran en la naturaleza.
El biocontrol es una alternativa al uso de pesticidas para el control químico de plagas y enfermedades.
Según IBMA la clasificación de los diferentes productos de biocontrol es la siguiente:
- Agentes de biocontrol invertebrados (Macroorganismos). Insectos, ácaros y nemátodos entomopatógenos (control biológico / lucha biológica).
- Microorganismos. Bacterias, hongos y virus (entomopatógenos) y microorganismos beneficiosos del suelo (endomicorrizas y agentes descontaminantes del suelo).
- Sustancias naturales. Incluyen extractos botánicos, extractos microbianos y sustancias bioquímicas idénticas a las naturales.
- Feromonas / semioquímicos de insectos, como las kairiomonas o las synomonas.
Los beneficios del biocontrol en la agricultura sostenible.
Ofrece un compromiso con el medio ambiente, no tiene efectos adversos en la salud humana y respeta la fauna.
Una estrategia adecuada de biocontrol, se basa en la Gestión Integrada de plagas, reduce al mínimo la posibilidad de generar resistencias en el patógeno.
Se reduce drásticamente el tratamiento con fitosanitarios químicos, que pueden tener efectos negativos en el agua y en el suelo, así como en el incremento de sus residuos en alimentos.
Es una alternativa sostenible para el agricultor, duradera y eficiente en el tiempo y con una relación costo / beneficio a largo plazo más rentable que el control químico.
Las soluciones de biocontrol son productos que han sido comprobados y evaluados para su registro como fitosanitarios de bajo riesgo.
¿Se puede integrar a los Agronutrientes y Bioestimulantes agrícolas dentro de una estrategia de biocontrol?
Es sabido que las plantas más sanas son menos sensibles al ataque de patógenos y son capaces de activar sus defensas de una forma efectiva. Sin embargo, las plantas que han sufrido algún daño o simplemente fruto de una mala nutrición, son individuos más sensibles a cualquier ataque de un patógeno.
La correcta nutrición de los diferentes elementos minerales, en concreto, la disponibilidad de Calcio, Boro y Silicio fortalecerá las paredes celulares de los tejidos de la planta, dificultando la entrada de agentes patógenos.
Los productos bioestimulantes, son productos que se aplican a las semillas, a las plantas o al entorno de las raíces, con los que se estimulan o activan procesos naturales que favorecen una mayor eficiencia en la absorción de nutrientes del suelo, gracias a un aumento de la tolerancia al estrés hídrico y a la rápida disponibilidad de sustancias que le permiten superar los daños que causa el estrés oxidativo.
Numerosos estudios científicos han demostrado que ciertas sustancias bioestimulantes y microorganismos beneficiosos pueden producir la activación de genes que controlan las rutas metabólicas que tienen los mecanismos de defensa de las plantas para hacer frente al ataque de un agente patógeno.
En definitiva, los productos de biocontrol en agricultura se han desarrollado a partir de una base científica con el objetivo de proporcionar al agricultor estrategias eficaces para el control de plagas y de enfermedades que afectan a su cultivo, y a su vez que sean respetuosas con el medioambiente y con la seguridad alimentaria que exigen los consumidores actuales.