El brócoli, reconocido técnicamente como Brassica oleracea var. italica, es fruto de una larga evolución en la que comparte un patrimonio genético y una historia muy ligada a la coliflor.
Hoy en día, su cultivo se ha consolidado como una actividad de alto rendimiento en España, destacándose por su adaptabilidad, su creciente demanda en mercados internacionales y las innovaciones en técnicas agronómicas y su constante mejora genética.
Antecedentes históricos y genéticos del brócoli.
La historia del brócoli se entrelaza con la de la coliflor, tanto que en algunas regiones se conoce al brócoli como coliflor de invierno, diferenciando a la verdadera coliflor como coliflor de verano.
Se cree que una forma silvestre anual de coliflor fue domesticada en el Mediterráneo oriental hace varios miles de años, dando origen a un bróculi primitivo. Esta planta ancestral se expandió hacia China y, simultáneamente, se fue hibridando en el Mediterráneo, lo que permitió seleccionar las características que hoy conocemos en la coliflor y el brócoli moderno.
Esta rica herencia genética ha permitido desarrollar cultivares que responden a las exigencias del mercado y a los retos agronómicos de la producción intensiva.
Situación actual del cultivo del brócoli en España.
España se ha posicionado como uno de los líderes en la producción y exportación de brócoli a nivel internacional.
En este contexto, la Región de Murcia es, sin duda, la principal productora y exportadora del país. Tomando como referencia datos oficiales del 2024, durante los meses de enero y febrero de ese año, la Región de Murcia incrementó en un 27% las toneladas exportadas en comparación con los mismos meses de 2023.
Siete de cada diez brócolis exportados proceden de esta región, lo que evidencia su liderazgo. En cuanto al valor de las exportaciones, en este caso, en 2023, superó los 436 millones de euros, con un aumento del 23% respecto al año anterior. La producción, también del 2023, alcanzó las 254.000 toneladas, con un crecimiento del 11% en la superficie dedicada (13.700 hectáreas en Murcia).
La producción tiene su principal mercado, el internacional, siendo Reino Unido quien encabeza la lista de destinos, donde se consumen hasta seis kilos de brócoli por persona al año. Le siguen Alemania y los Países Bajos, consolidándose estos mercados como pilares para la exportación española.
Además de Murcia, otras zonas de producción relevantes son Navarra, Extremadura y la Vega Baja, contribuyendo a una producción nacional anual que supera las 600.000 toneladas en 50.000 hectáreas.
Variedades y ciclos de cultivo.
El brócoli presenta una notable diversidad tanto en su estructura física como en su ciclo de desarrollo. Entre las principales características se destaca variedades que varían desde aquellas con una inflorescencia muy apretada hasta otras con una estructura más suelta, pasando por formas intermedias que se adaptan a distintas preferencias del mercado y condiciones de cultivo.
Según el ciclo de formación de la pella, la parte comestible del brócoli, se pueden clasificar en variedades tempranas que se siembran a finales de junio en clima continental y se recogen en octubre, noviembre y diciembre; variedades de media estación, con siembra similar a la de las tempranas, pero con cosecha en enero y febrero; y variedades tardías que se cosechan entre marzo, abril y mayo.
Al margen de ello, existe la llamada horticultura de estación, que consiste en ubicar los cultivos en determinadas zonas geográficas para que, los diferentes microclimas, permitan conseguir un calendario de producción de gran calidad durante mayor tiempo, que actualmente es prácticamente todo el año.
En cuanto a ejemplos de variedades comerciales de alto rendimiento de brócoli, podemos mencionar ejemplos de las comercializadas por empresas genetistas. En esta línea, la firma Sakata ibérica ofrece en su catálogo los híbridos Purple Magic, Ulysses, Leonidas, Perseus, Thasos, Tyrian, Boreas, Ithaca, Tinos, Naxos y Parthenon. Y la empresa Bejo la Lucky, Malibu, Belstar y Salinas.
Otras variedades existentes en el mercado son la Admiral, Coaster, Admiral, Greenduke, Peyet, Corvet, Shogum y Marisa, por ejemplo.
Esta diversidad varietal, junto a la elección de zonas de cultivo, permite a los agricultores adaptar la producción a diferentes mercados y condiciones climáticas, garantizando una recolección solapada y una oferta continua en el mercado.
Mejora genética y objetivos agronómicos.
El desarrollo de cultivares de brócoli se basa en objetivos claramente definidos para optimizar el rendimiento y la calidad del producto. Los principales enfoques en la mejora genética son el incremento de rendimientos para obtener plantas de alta productividad que maximicen el rendimiento por hectárea, la uniformidad en el desarrollo de las plantas para facilitar la logística de la cosecha y mejora la eficiencia en la distribución, y la adaptación de factores agronómicos, desde la fertilización hasta la irrigación, pasando por la mecanización para mejorar tanto el desarrollo vegetativo como la formación de la inflorescencia.
Sin olvidar su mejora genética, centrada en dotar a las plantas de resistencia frente a amenazas como Peronospora brassicae, que pueden comprometer la calidad y el rendimiento de la producción.
Estas estrategias permiten a los productores obtener cultivos de alto rendimiento, con una calidad homogénea que satisface tanto los estándares del mercado interno como las exigencias internacionales.
La fertilización en el cultivo extensivo de brócoli.
La fertilización es uno de los pilares fundamentales para alcanzar altos rendimientos y, por ende, una rentabilidad óptima en los cultivos de alto rendimiento.
Esta fertilización comienza como abonado de fondo y se prosigue en fertirrigación, ya que prácticamente la totalidad del cultivo del brócoli se realiza mediante esta técnica.
Como abonado de fondo, destaca el fertilizante orgánico a base de leonardita activada granulada Humivita® evo, que mejora la estructura del suelo, aumentando su aireación en suelos arcillosos y aglomerando los arenosos, logrando un mejor intercambio catiónico y mayor retención de agua.
Un factor a tener muy en cuenta es el control de unidades fertilizantes de nitrógeno. Se trata de un problema actual en las zonas vulnerables como es el campo de Cartagena (Murcia), pero que en breve, este control llegará a todas las zonas de cultivo. Para ello, se debe hacer balances del aporte de elementos contemplando los valores nitrogenados, tanto del abonado de fondo como de los aportados vía fertirrigación. En este sentido, Humivita® evo realiza su función de revitalizar el suelo, con aporte de materia orgánica sin aportar nitrógeno que limite el programa de fertilización.
Ya durante el ciclo de cultivo, el equipo técnico comercial de JISA, establece planes de abonado del brócoli eficientes dependiendo de factores como época del año, variedades y estado vegetativo de la planta.